Omnes trahimur studio laudis (todos tenemos el deseo de que nos alaben)
Viejo adagio latino
Están ya lejos los tiempos de frases como “Tengo 480 amigos en Facebook”, pues, tras un primer momento de web-optimismo, pasamos a una visión más sombría de los Social Media, que hoy viven bajo la alargada sombra del discurso del fake.
También se hallan lejos los tiempos en los que el like era aceptado universalmente como la unidad de valor del reconocimiento en las redes. La necesidad de respaldo de individuos y empresas – que respondía seguramente al viejo adagio latino: omnes trahimur studio laudis (todos tenemos el deseo de que nos alaben) – les llevó a depositar una rampante fe en esta suerte de objetivación de la adhesión del público a sus personas y marcas. Tanto se codiciaron los likes, que ya no importaba sólo el tenerlos sino también el exhibirlos. Y así es como empezaron a comprarse por miles, tratando de desalentar a las competencias.
El verdadero like hoy en día es la interacción, el diálogo, la respuesta directa del receptor al mensaje del emisor.
A Knowmad Progress
Ahora que ese mecanismo se ha desvelado y el valor del like está por los suelos. Esa beocia expresión de reconocimiento ha dejado de ser útil, pues no cuesta nada. El verdadero like es hoy en día es la interacción, el diálogo, la respuesta directa del receptor al mensaje del emisor. Está es la enésima victoria de la comunicación.