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COMUNICAR ES TRABAJAR AL SERVICIO DE LAS IDEAS

Aquellos que hacen alarde de su vigor tecnológico como garantía de su capacidad creativa, es muy probable que, en realidad, estén tratando de ocultar así su falta de talento.

A Knowmad Progress
COMUNICAR ES TRABAJAR AL SERVICIO DE LAS IDEAS

Hubo un ser humano que se enfrentó al reto de trasladar un peso extraordinario a distancia y descubrió que, si lo ponía sobre un leño pelado, podía hacerlo más fácilmente. Después hubo otro que, ante el mismo problema, pensó en generar y adaptar la forma del leño a sus necesidades de transporte y creó la rueda.

Sentado en un balcón de Florencia, Leonardo intuyó las posibilidades que abriría el volar como las aves, las estudió y concibió todo tipo de artefactos que podrían servir para un desplazamiento por el aire, hasta entonces impensable.

Edison, Pasteur, Tesla y tantos otros y otras sintieron la pulsión de responder a las necesidades y a los sueños de las personas y trataron de desarrollar tecnologías adecuadas a los fines que se habían marcado.

Las ideas están al servicio de las necesidades.
A Knowmad Progress

Las ideas están al servicio de las necesidades, ya sean estas económicas, sociales, estéticas, etc. Y así, la tecnología es hija del ingenio aplicado por esas ideas para responder a esas necesidades.

Sin embargo, la tecnología no implica desarrollo creativo por sí misma, tan sólo puede contribuir a canalizarlo y a realizarlo. Sin las ideas, la tecnología pierde su sentido. Por ello, quien quiere situar a la tecnología en el centro de la escena o quien esgrime su potencia tecnológica como garantía de innovación, vanguardia o creatividad, sencillamente no está entendiendo nada. Los avances en el proceso de textos no han conseguido llegar adonde Cervantes o Proust. Los impresionantes programas de diseño actuales no han generado un Caravaggio, un Rodin o un Lloyd Wright. Las increíbles aplicaciones tecnológicas industriales no han generado un talento original como el de Ford…

Podemos poner en manos de la tecnología numerosas ideas finales y realizarlas así de un modo extraordinario, pero no podemos perder de vista que las tecnologías necesitan de un mantenimiento, de una adecuación y de una actualización, que estará siempre – por definición -sometida al dictado de las ideas.

Aquellos que hacen alarde de su vigor tecnológico como garantía de su capacidad creativa, es muy probable que, en realidad, estén tratando de ocultar así su falta de talento.