La Comunicación Corporativa contiene dentro de sí un componente estratégico no siempre valorado como se merece, por cuanto su acción traspasa todos los ámbitos fundamentales de los proyectos y las organizaciones. Generar Comunicación Corporativa es mucho más que proponer una comunicación interna valiéndose de una serie de canales; es mucho más que crear un manual de estilo o que dedicarse a la gestión de mensajes, manejando recursos comunicativos diversos, que aportan la sensación tranquilizadora de que la empresa está muy activa. La Comunicación Corporativa es también mucho más que dedicar el tiempo a gestionar el riesgo reputacional de la marca, valiéndose de los medios de masas ad-hoc… Este tipo de prácticas no alimentan a la raíz de la organización porque, la gran mayoría de quienes la integran – incluido el staff directivo –, las ignora; lo cual no es del todo extraño, porque, en buena medida, comunicar así implica, a su vez, ignorar a las personas.
La Comunicación Corporativa debe ser, por el contrario, un traje a medida, el resultado de un trabajo de puro tayloring, que parta de las circunstancias particulares de la organización y responda a sus problemas, a sus necesidades y a sus retos específicos; jamás, un producto prefabricado ni una suerte de ready-made adaptable a cualquier proyecto. Sin duda, ha de concebirse pensando en entornos, equipos y personas concretos; es decir, ha de partir de la realidad peculiarísima de cada uno y trabajar desde la “verdad”.
La Comunicación Corporativa debe ser, un traje a medida, el resultado de un trabajo de puro tayloring […] Sin duda, ha de concebirse pensando en entornos, equipos y personas concretos; es decir, ha de partir de la realidad de cada uno y trabajar desde la “verdad”.
A Knowmad Progress
En ese sentido, la Comunicación Corporativa se relaciona y trabaja para reforzar los liderazgos, facilitando la labor del staff directivo al redefinir la incorporación de los equipos a la tarea común y, por tanto, está llamada a construir una auténtica cultura de empresa, que habrá de erigirse en uno de los principales activos estratégicos dentro de la organización. El foco del trabajo comunicativo hacia el interior de la marca será pues el garante de su identidad; una identidad en la que todos habrán de sentirse a gusto y, a través de la cual, todos acabarán compartiendo un sincero sentido de pertenencia.
Como es lógico, algo así sólo puede plantearse como un proceso de trabajo y de construcción cien por cien original, down-to-earth y capaz de recoger energía y modelarla en forma de ideas, sin perder de vista que las ideas son precisamente el bien más preciado de nuestro tiempo.
Construir una buena Comunicación Corporativa contribuirá, en definitiva, a la creación de un tejido real que evolucionará y se mantendrá en el tiempo, fomentará la creación, las ideas, el liderazgo… y convertirá al trabajo comunicativo en pura estrategia.