Estamos, sin duda, hechos de historias. Tan sólo necesitamos encontrar aquellas voces capaces de seguir contándonoslas.
A Knowmad Progress
Es verdad que el pensamiento de Eduardo Galeano que reza “Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí, un pajarito me contó que estamos hechos de historias” se ha convertido en un lugar común, pero no por ello deja de tener un ápice de su valor, ni de su atractivo, ni de su verdad.
Quién no se ha levantado una mañana y se ha visto como si fuera un insecto gigante, repelente e incapaz de infundir amor. Quién no se ha sentido alguna vez cercado por la culpa, envuelto por la zozobra, entre la autojustificación y el arrepentimiento. Quién no ha querido cambiar el mundo de arriba abajo para acabar dándose cuenta de que las cosas que veía no las veían los demás ni, seguramente, respondían a la realidad. Quién no se ha proyectado en la imagen del hombre justo que se sacrificó a sí mismo para salvar al resto de los seres humanos. Quién no ha soñado con emprender el viaje de vuelta a casa, en medio del camino proceloso de la vida, para volver a encontrarse con los suyos…